Arribos del pensamiento
Conclusiones de tesis: El saber
Ayer, como nos suele suceder a la
mayoría de nosotrxs, iba pensando discursivamente mientras caminaba.
Me cuestionaba sobre el saber desde dos concepciones: el que se
aprende-enseña y el que se adquiere de acuerdo a la experiencias que
persiguen la intención de estar felices y libres de sufrimiento, la
sabiduría que todxs tenemos como fuente de nuestra
experiencia.
Descubrí que aunque ambas están relacionadas, la
primera obedece a una delimitación autoimpuesta, encerrada, aunque
no por eso desechable; y la otra se clavaba desde la profundidad de
la motivación de la vida misma superando el enclave educativo.
La
primera constituye un proceso conceptual para poder ser puesta de
manifiesto y la segunda puede pasarlo por alto.
Me lo preguntaba
porque, al observar a una persona con un problema intelectual y
biológico ligeramente serio, la primera parte representa retos mucho
mayores que la segunda. Pues ésta opera independientemente de los
alcances que tengamos sobre la primera.
En pocas palabras esa
segunda reflexión se la mata al más grande pedagogo que reconozco:
Freire, pues aunque en esencia dicen términos realmente similares,
en la primera es básicamente conceptual mientras que la segunda
implica una comprensión experiencial que en la medida que se
profundiza cobra un significado marcadamente impactante.
Digamos
que la segunda es un trabajo más fino. Y que desde ahí la
comprensión y convivencia se profundiza de manera dichosa y repleta
de regocijo.
Pero eso lo venía pensado solamente, me falta la
comprensión experiencial profunda.
Saber reorganizado
Revolución Fantástica
17 abril 15
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