viernes, 25 de diciembre de 2015

Decisiones


Decisiones

Diré:
Se presentan momentos en los que nos parece que tenemos que tomar decisiones, obedece a ese tener que seleccionar ante lo que se nos presenta y también a esa creencia de tener que tomar decisiones.
Y sin embargo, podemos decir que decidimos. Ya sea como acción a esa creencia o a un suceso que puede describirse.
Describo la decisión que tomo al momento de levantarme para ir al baño, y cuando hago una u otra cosa. Decidimos frente a lo que sucede, tomar la bici o el camión o tomar el coche. Hay decisiones que obviamos o no reconocemos. Podríamos decir que decidimos a propósito o porque no nos queda de otra, o que deciden por nosotros (y eso no es lo que nos gusta o queremos). O hemos dicho que fue nuestra decisión, a pesar de no saber de antemano los resultados.
Parece evidente que decidimos. Y si es tan evidente, por qué no conocerlo un poco más.
Podríamos toparnos con esa noción que tenemos de la decisión y cómo lo estamos aplicando a nuestra vida. Olisquear el aroma de las decisiones que hemos tomado, o que tomaremos. Podemos jugar a decidir. Pensar qué decidir, intuir qué hacer y actuar de acuerdo a nuestra decisión, con la expectativa de que nuestra decisión sea la mejor posible (la dotamos de contenidos), o al menos lo suficiente.
Y nos revolcamos entre pensamientos y emociones, creyendo que tenemos que decidir, enredados en el camino.
Pero, si todo ya está ahí, entonces no queda nada por decidir, sólo observar nuestros patrones de selección si es que aparecen, de la actividad que ya hacemos para aprender de nosotros mismos -quizás empecemos a ver cómo los demás lo hacen.
Y a pesar de la última decisión, resolución, que acabo de tomar, a pesar de seguir creyéndomelo, a pesar de que aún decido, quizás, y sólo quizás no haya nada que decidir, y podría ser que sólo es que yo creo que realmente "tengo" que decidir.
¿Cómo saberlo si lo estoy dando por sentado?

25 mayo 15

No hay comentarios: