viernes, 25 de diciembre de 2015

Susurros en la oreja


Susurros en la oreja

No sé guardar silencio.
No me sé quedar callado.
Me encuentras siempre hablando,
silbando, cuenteando, imaginando.

No puedo mantenerme en mutismo,
sin cantarle al mundo con el cuerpo.
Me la paso haciendo ruido,
como león de orgulloso rugido.

No se me da la vida taciturna,
con euforia rompo el silente ambiente.
Pendenciero bufón de la charlatanería,
en carcajadas se retuerce mi retahíla.

Soy estruendo, rechinar de puertas, gritos, trueno, grillo.
Somos viento, olas, ríos. Somos cataratas, fiestas, crepitar de llamas.
Son estentóreos terremotos, impacto de meteoros. Inmensos conciertos de ballenas.
Eres una antena de radio, un violín, la caja toráxica que resuena, años y años de vocales cuerdas.

No le entiendo al sumiso recatado;
Por eso a ratos con tañido exploto:
¿Qué de anormal tiene ser ruidoso,
si siempre he sido un silencio incómodo?

Si hago escándalo es porque escuchas,
e interpretas lo que oyes.
¿Si no existiera físicamente el sonido,
cómo sabríamos que esto, ahora, es un suspiro?

7 julio 15

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