viernes, 25 de diciembre de 2015

Primera plana


Primera plana

He de empezar contándolo todo por el final.
Más de 10 mil personas han muerto hoy en diferentes zonas del país, sus causas de muerte, a pesar de ser en lugares tan apartados, convergen en un punto: todas son evidentes, demasiado evidente.
Esta tragedia sólo puede explicarse por partes. Comenzaré por la que esté semanario experimentó.
El día de hoy, pasando la media tarde, un grupo de activistas ambientales se dieron cita a las orillas del Río Coleto en la provincia de Santa Rita. Su objetivo era hacer un llamado a toda la nación utilizando a la prensa como medio para denunciar la contaminación hídrica a gran escala que las empresas, coludidas con el gobierno, están liberando a la corriente día con día.
Al lugar llegaron, al principio, medios independientes, pero al descubrir el desenlace, la noticia ha sido parte de una red de información que se encuentra en distintos noticieros internacionales. Corrió como pólvora sin poder detenerse.
Los hechos ocurrieron de la siguiente manera: tras arribar al lugar, se podía observar un despliegue policiaco considerable protegiendo las empresas, trabajaban bajo la suposición, por demás lógica, de que la protesta se representaría como todas las protestas del país. Ignoraban el giro repentino de la situación, sorprendiéndolos por distintos frentes. Les estalló.
Una breve crónica sería que al iniciarse la protesta, se leyeron diferentes comunicados apuntando las responsabilidades de la contaminación, los efectos devastadores para la población local, tanto de humanos como de animales, los problemas con la flora y con las conexiones de ese brazo de agua en distintos niveles, tanto sociales como biológicos, incluso geológicos, resaltando la violación de tratados, leyes y sentido común frente a un descontrol evidente del manejo de desechos y de la utilización de materiales para la generación de productos con un periodo de utilidad mínimo frente a los daños que produce. Posteriormente, para sorpresa de los testigos de la protesta (tanto prensa como policías) el grupo completo de activistas se arrojó al río.
El espectáculo fue brutalmente estremecedor, los gritos de dolor, la piel abrasada, la rapidez con que murieron, la certeza de la protesta misma, conmovió a todxs.
La situación es grave debido a que para sacar esos cuerpos del agua se requiere una coordinación monumental de rescate y de recursos (como trajes, máscaras, vehículos, etc.) con los que no cuentan, ni siquiera, los bomberos de las regiones vecinas. Se necesitan especialistas en rescates asociados con químicos.
Pero, a pesar de este espectáculo, mi sorpresa fue mayor cuando me enteré por medio de compañerxs del semanario que este mismo evento se había repetido en, al menos, dos lugares más (aunque después nos enteramos de otros tres), bajo la misma lógica de protesta: los otros grupos habían actuado de la misma manera, arrojándose a ríos contaminados tanto por fábricas como por mineras. Todo vinculado por normatividades incumplidas.
Así se convirtió en noticia internacional.
Los sucesos que se han desatado en las últimas horas están siendo relatados por distintos medios, este semanario incluye algunas opiniones y otro tipo de información que estamos siguiendo con mucho interés.
Por otro lado, también desde esta noticia, lo que se puede rescatar muestra al tipo de activismo con el que nos hemos encontrado; auto nombrándose como grupo: “la lluvia de tristeza”, esta especie de colectivo muestra un nivel de organizacion y radicalidad contundente que presume de no haber desaparecido. Actuó desde un disfraz de colectivo medioambiental moderado, adoptando esquemas usuales de convocatoria. Sin embargo, la información de sus convocatorias no mencionaban, en ningún lugar, el desenlace inesperado de lanzarse al río. Las preguntas aún son muchas.
Lo único que podemos informar es lo que dice el último comunicado que se leyó (del que tenemos una copia), en cada uno de los lugares de estos eventos, al cuál este semanario se adscribe y respalda como lucha legítima. El mensaje íntegro dice:

Cuando me acuesto lloro:
Lloro sudando miedo.
Lloro gimiendo tristeza.
Lloro surcos en mis mejillas.

Cuando me levanto lloro:
Lloro lágrima viva en la colina.
Lloro lluvias de agua cristalina.
Lloro vida que contaminas.

Cuando me detengo sudo:
Sudo los muertos que se asesinan.
Sudo la sangre de mi familia.
Sudo la fiebre y la toxina.

Para poderse curar
Se llora
Se duele
Se suda
Se lluvia
Y si ante la muerte no se sale con vida,
Entonces se lluvia tristeza.

Comprendemos los argumentos que usamos, comprendemos lo que estamos denunciando.
Afirmamos que producir así nos está matando. Por lo tanto moriremos.
Afirmamos que el problema se está saliendo de nuestras manos. Por lo tanto nos escapamos.
Afirmamos que las posibilidades de transformación en este país no pueden ir por las vías de siempre. Por lo tanto actuamos.

Comprendemos que comprender es difícil, por eso lo explicaremos claramente: Esto debe detenerse aquí mismo antes de que la tragedia sea mayor. Haremos lo necesario para demostrarlo. Al final lo que importa son las plantas, los animales y todos ustedes. No nosotros.

Continuaremos demostrando. Hasta qué los que queden se den cuenta de lo que sea que esté pasando.

Somos la gota fría
La tormenta helada
Somos el colectivo que se escurre
en la lluvia de tristeza.

13 julio 15

No hay comentarios: