domingo, 9 de diciembre de 2007

Amor bucólico


Amor bucólico

Bocabocabocabocabocabocabocabocbaocabocabocabocaboacbaobaocbaocboacbaocbaocbaocbaocboacboacbocboacbaocbaocbocboabcoabcaocbaobaobcobcaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh.
"… labios rosas…" (Ely Guerra)
"Ese beso de tu boca que me sabe a fruta fresca, que se escapó de tus labios y se metió en mi cabeza…" (Carlos Vives)
"… y yo, con esta sed que tengo, con esta sed de ti mujer…" (Delgadillo)
"... tus labios pétalos de flor, como me soripeyan..." (Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina)
"Nos besamos bailando en medio del lugar..." (Cafeta)
"... y no los mandes mejor en persona." (19-08-07, 01:17:50 a.m.)

Y en la obscuridad encontré esos labios, labios lindos, sonrientes, curveados, húmedos, hipnotizantes.
Dio comienzo el baile, la atracción hacia ellos, mis ojos los seguían en ese movimiento lento, como luz de bengala haciendo círculos y ochos en el aire en una posada familiar, dejando su rastro cautivador: imán.
Imán que jalaba los cabos de un hilo, hilo que, estando en el ojillo de una aguja, había perforado nuestros labios creando una costura que formaban un puente entre la saliva de ambos: erección.
Erección de la lengua, lengua que lentamente se introducía en su húmeda cavidad abierta.
Tendida en la cama, con la cabeza saliendo del colchón, echada para atrás. Besos penetrantes, apresurados y calientes, lentos y deseosos. Cada respiración estaba acompañada de salivación bucal, de intercambio de fluidos orales.
Nos separamos un instante, mis ojos se enfocaron de nuevo en su boca y tomándola de las quijadas la acerqué nuevamente a mí y la volví a penetrar con la lengua, recorriéndola toda, lamiendo su lengua, sus mejillas, sus dientes, sus encías y sus glándulas salivales que producían más lubricante oral.
Hirviendo en deseo, hirviendo en acciones, rapidez en los movimientos, mordidas en los labios, separaciones llenas de vaho, aliento y respiraciones ruidosas. Atracción, obsesión, fulgor brillante en los intercambios de sonidos.
Amor hacia algo conquistador, algo sonriente que cautiva, algo que besa y da confianza, algo que es transmitido y contagiado, sonrisa en los labios de ambos por la razón de estar juntos, sonrisas por muchas cosas más, labios generadores de palabras y argumentos que son utilizados para una comprensión y conocimiento del otro, para el entendimiento de las acciones realizadas y de los sentimientos que las palabras no expresan del todo; y al final: silencio. Silencio de los labios, silencio que es traducido en sonrisas, sonrisas traducidas en besos y miradas brillosas: llenas de viajes complejos. Ciclo sin fin. Protección de ambos demostrada hacia ambos.
Importancia al saber que no es posesión del uno hacia el otro sino acuerdo mutuo que nos permite ser cualquiera el que adopte el papel que quiera, que sea cualquiera de los dos el que tome acción directa en el juego de lenguas, la penetración es de los dos hacia los dos, éramos, cada uno, el que tenía la lengua dentro del otro.
Entre espasmos verbales y bucales expulsé una llamarada única y especial: eyaculé.
Eyaculación en su boca de mi boca. Eso es hacer el amor con la boca.
Eyaculación que marca un fin, que crea un orgasmo en el hecho del beso. Es una expresión objetivada del sentimiento.
Eyaculación oral, simplemente significativa. En donde las palabras son el marco teórico y los besos la demostración en la realidad.

("…Él la protegía
cuando bailaban slam
después de la tocada siempre
Mohawk la iba a dejar…")

Eyaculación en la que el semen es un "Te amo".

Letargo Fantástico
Revolución Fantástica

No hay comentarios: