Diez
Uno: una
puerta se abre, un pájaro despierta, una canción empieza. La mano
la toma; dos:
se raya una
hoja del cuaderno, el sol deslumbra, un árbol se tala. Con la otra
mano lo agarra bruscamente; tres:
una moto
arranca, el viento sopla, alguien salta alguna cerca. Le aprieta el
cuello y lo hinca;
cuatro: se
cambia de página al libro, las hojas se mecen en las ramas, un
cuchillo corta la cebolla. Le grita con odio y desprecio; cinco:
un grillo
calla, el río se estrella contra las piedras, una persona escupe. Él
llora con un tono agudo; seis:
se abre una
botella, alguien tropieza con una mochila y cae, se aprieta una
tecla. Desenfunda; siete:
un pie se
levanta, un perro llora, un tanque de gas explota. Él ruega entre
lágrimas y sollozos; ocho:
se rompe un
vidrio, un carro choca, alguien suspira. Coloca el cañón sobre su
sien; nueve:
la tele se
enciende, un foco se funde, una mujer observa el orgasmo de un
cerillo. Carga; diez:
alguien
vomita, una abeja muere, la liga se revienta. Jala el gatillo. Acaba
el segundo.
Once:
silencio.
Sólo
diez segundos para matar tranquilamente a un niño en alguna parte
del mundo.
Sólo
diez segundos para que ocurrieran miles de cosas mientras él
suplicaba que no lo mataran.
Sólo
diez segundos y tú no sabes nada.
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