jueves, 6 de diciembre de 2007

Diez


Diez

Uno: una puerta se abre, un pájaro despierta, una canción empieza. La mano la toma; dos: se raya una hoja del cuaderno, el sol deslumbra, un árbol se tala. Con la otra mano lo agarra bruscamente; tres: una moto arranca, el viento sopla, alguien salta alguna cerca. Le aprieta el cuello y lo hinca; cuatro: se cambia de página al libro, las hojas se mecen en las ramas, un cuchillo corta la cebolla. Le grita con odio y desprecio; cinco: un grillo calla, el río se estrella contra las piedras, una persona escupe. Él llora con un tono agudo; seis: se abre una botella, alguien tropieza con una mochila y cae, se aprieta una tecla. Desenfunda; siete: un pie se levanta, un perro llora, un tanque de gas explota. Él ruega entre lágrimas y sollozos; ocho: se rompe un vidrio, un carro choca, alguien suspira. Coloca el cañón sobre su sien; nueve: la tele se enciende, un foco se funde, una mujer observa el orgasmo de un cerillo. Carga; diez: alguien vomita, una abeja muere, la liga se revienta. Jala el gatillo. Acaba el segundo.
Once: silencio.
Sólo diez segundos para matar tranquilamente a un niño en alguna parte del mundo.
Sólo diez segundos para que ocurrieran miles de cosas mientras él suplicaba que no lo mataran.
Sólo diez segundos y tú no sabes nada.

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